sábado, 31 de marzo de 2012

Al Colegio del Naranco










En la falda de una montaña te alzas,
de altanera y orgullosa estampa,
al frente Oviedo y sus montañas,
detrás un Cristo guarda tus espaldas.

Eres testigo de una historia pasada
de sueños de una juventud olvidada,
tus muros en silencio delatan
la nostalgia del ayer y lo incierto del mañana.

De sonrisas, juegos y lágrimas,
tus cuatro lados se llenaban.
Hoy un silencio recorre tus entrañas,
un frío exterior nubla tu semblanza,
el Sol te ilumina, pero tu belleza no resalta
¿será que él comprende tu pena y añoranza?

No quisiera despedirme, sin dedicarte estas palabras:
aunque tus cimientos cambiaran y tus muros pintaran,
tus niños del ayer en sus corazones guardan
el recuerdo de su colegio, el hogar de su infancia.

Víctor Manuel García Fernández

Un saludo a todos los que fuimos componentes de esa gran Familia Salesiana, y a todos aquellos compañeros del Colegio del Naranco.